Autobus

Desperté con ganas de llorar. La carretera está tapizada de neblina y a ratos llueve en forma diagonal. En la TV del bus hay un niño finlandés refugiado en Suiza con una madre adoptiva que es mala pero al final termina conmoviéndose y lloran los dos frente a una tumba y yo lloro recargado en la ventanilla mientras la mujer habla de que el señor nos da pero también nos quita. Luego se retracta y dice: el señor nos quita, pero nos vuelve a dar. El niño escucha el comentario, no entiende absolutamente nada. Está confundido. Yo también. Desperté con una frase de pizarnik “la noche tiene el color de los párpados del muerto”. La llevo incrustada en la frente. Me arde un poco con el sol de las diez de la mañana. Traigo en la cabeza esa canción que dice “No me digas que no hay nada mas triste que lo tuyo”. Tarareo esa frase una y otra vez. Eso porque hoy me siento un poco miserable. Mas que ayer pero menos que siempre.

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