Bolita.



En la parada del bus, una tristeza viene rodando, echa bolita. Pasa por los charcos, esquiva los carros, sube con dificultad por los topes y luego es golpeada por un bus enorme y lanzada en dirección hacia mi, que en ese momento bostezo fuerte y abro la boca. La tristeza se mete y desde entonces la traigo rodando a través de mi cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. Y no hay manera de sacarla. Intento toser fuerte, eructarla. Pero se ha quedado atorada en la garganta. Y me ha provocado una hinchazón que ha intensificado el tamaño de mi manzana. Intentaré disimularla con una bufanda de lana.

0 comentarios: