Camino.




En la casa de la vieja hechicera, las sombras se agotan con el alba
Yo me agoto con ellas, hinchado de miedo, leproso de nostalgias
Soy el sapo negro que ha absorbido los males de la choza encantada
Y ahora vienen tras de mi para degollarme y acabar con el hechizo

La luz de las antorchas danzan en circulos que se acercan y agigantan
Hay una niña llorando al lado de un león muerto
Un espantapájaros reducido a cenizas y un oxidado hombre de holajata
Cierro los ojos ante el resplandor de un paisaje en tonos dorados y naranjas
El camino amarillo está siendo consumido por las llamas.


1 comentarios:

Anncas Bustamante dijo...

Hola!
Que bonitos colores encontre por aquí :)